La domótica e inmótica poco a poco empiezan a ser más presentes en edificios y oficinas. Entre sus muchas aplicaciones, hay una que nos interesa particularmente, y es la posibilidad de gestionar el ahorro energético de viviendas u oficinas.
Un ejemplo sencillo, puede ser la aplicación para el ahorro en calefacción. Si queremos mantener una estancia a una temperatura determinada, podríamos instalar un termostato, de manera que cuando se llegue a esa tempertaura se apague la calefacción. Es un primer paso, aunque la domótica llega mucho más lejos, para conseguir que el gasto sea mínimo.
Por ejemplo, en el caso de una habitación con ventanas orientadas al sur, podemos beneficiarnos del calor que puede darnos el sol. Ahora bien, puede ocurrir que las persianas estén bajadas, por lo que el calor del sol no puede penetrar, y por lo tanto no lo aprovechamos. Si instalamos un sensor de radiación y motorizamos la persiana, podemos hacer que cuando el sol esté dando sobre la ventana, la persiana suba, para aprovechar ese calor. También, en sentido contrario, cuando el sol no da sobre la ventana, para evitar perdidas del calor por el vidrio, podemos dar la orden de bajar las persianas.
De forma análoga, podemos pensar que en verano, lo que queremos es lo contrario. Cuando el sol da en la ventana, lo que queremos es que la persiana se baje, para que no entre más calor en la estancia, y de esta manera ahorrar en aire acondicionado. Cuando decimos persiana, puede ser también toldo, o cualquier otro mecanismo.
También puede ocurrir que no deseemos dejar la habitación a oscuras. En ese caso, podemos instalar un sensor de luminosidad y la persiana bajará solo hasta que lleguemos al límite de luminosidad, y no más, para evitar tener que encender las luces.
Hablando de luces, podemos hacer que las luces se apaguen o atenuen, cuando la luz natural sea suficiente. Con los sensores de luminosidad, mientras la luz natural sea suficiente, aunque el interruptor esté encendido la bombilla no se encenderá, y si instalamos dimmers, cuando necesitemos mas luz, la bombilla aportará solamente lo que nos falta para llegar a la luminosidad que queremos. También se pueden instalar detectores de presencia, de manera que cuando no haya nadie en la estancia, las luces simplemente se apaguen
La domótica también permite recibir información y poder gestionar las instalaciones de manera remota, via sms o email. Así, si nos vamos de viaje, y nos hemos olvidado de apagar la calefacción, podemos hacerlo desde el movil. Y de la misma manera, podemos encenderla, unas horas antes de llegar, para que cuando entremos por la puerta, podamos disponer de las condiciones de confort al instante.
Existen muchas otras posibilidades, aunque nuestra recomendación es la de no tratar de hacer que las instalaciones excesivamente complejas, e instalar solo aquello que vaya a tener utilidad y que el usuario sea capaz de entender y gestionar, sin tener que hacer un master.
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